Mireia Canicio Ena
Momentos e instantes que poco a poco han ido alimentando mi espíritu inquieto, sensaciones que llenan mis dias de sosiego de paz interior. Mi visión particular de ese mundo en el que estamos, en el que vivimos. A través del visor de mi cámara me siento mas parte de ese universo maravilloso. Os invito a compartirlo.
domingo, 18 de abril de 2010
viernes, 16 de abril de 2010
viernes, 5 de marzo de 2010
Dibujos
domingo, 24 de enero de 2010
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PEQUEÑOS RETAZOS
*Esperaba ansiosa, que dieran las cinco de la tarde en la cercana torre de la iglesia. Era ese momento mágico tan esperado en el que por fin su señor depositaría de nuevo sus suaves labios en la fina porcelana. Con aquella elegancia que le caracterizaba asía con total delicadeza su humeante y aromática taza de te y ella cerraba sus ojos para fundirse con su dueño en una perfecta comunión. Aquel sería el secreto de su vida. Cada día desde que sintiera el suave tacto de aquellos labios esperaría que fuesen de nuevo las cinco de la tarde.
*Cogidos de la mano, intercambiando sus calores, bajaban lentamente por la avenida. Mirando a su alrededor pensaron en la mágia que les transmitía aquel lugar. Era ancha, larga y por su parte central discurrían hileras de plátanos cuyas ramas se entremezclaban formando una bóveda verde que les cobijaba. Se sentaron en la terraza de un bar, sin hablar, tan solo gozando de la paz y la belleza del entorno. Observaban con sus ojos como circulaba el mundo.
Era un poco mas de media tarde, el cielo preparaba su terciopelo negro salpicado de pequeñas lentejuelas. La brisa suave agitaba las hojas, olía a rosas y a madreselva. Se sentían mágicos,enteramente impregnados por las emociones que experimentaban hasta en sus almas, en el transcurso de cada minuto de cada segundo.
*Necesito mirarte de nuevo al caer la tarde, en silencio, con ese manto de sueños que siempre nos acompaña, y así poder rompernos nuevamente a besos mientras tu cuerpo cobija mi cuerpo. Amarnos otra vez con las notas locas y despeinadas del silencio que nos embriaga. Sumergirnos con aquellos sueños etéreamente blandos, suaves y placenteros que emanan esa lluvia que no moja, esas volteretas que no marean, ese éxtasis añejo que nos entregamos mientras nos abandonamos hasta traspasar el querer.
*Apenas si hablamos, por que ambos buscábamos solo sentir y cuando cambiamos algunas palabras fueron siempre palabras sorprendidas, casi exclamaciones que pronunciaban el hallazgo de nuestras almas, palabras dichas en voz baja, henchidas de intimidad.
*Cogidos de la mano, intercambiando sus calores, bajaban lentamente por la avenida. Mirando a su alrededor pensaron en la mágia que les transmitía aquel lugar. Era ancha, larga y por su parte central discurrían hileras de plátanos cuyas ramas se entremezclaban formando una bóveda verde que les cobijaba. Se sentaron en la terraza de un bar, sin hablar, tan solo gozando de la paz y la belleza del entorno. Observaban con sus ojos como circulaba el mundo.
Era un poco mas de media tarde, el cielo preparaba su terciopelo negro salpicado de pequeñas lentejuelas. La brisa suave agitaba las hojas, olía a rosas y a madreselva. Se sentían mágicos,enteramente impregnados por las emociones que experimentaban hasta en sus almas, en el transcurso de cada minuto de cada segundo.
*Necesito mirarte de nuevo al caer la tarde, en silencio, con ese manto de sueños que siempre nos acompaña, y así poder rompernos nuevamente a besos mientras tu cuerpo cobija mi cuerpo. Amarnos otra vez con las notas locas y despeinadas del silencio que nos embriaga. Sumergirnos con aquellos sueños etéreamente blandos, suaves y placenteros que emanan esa lluvia que no moja, esas volteretas que no marean, ese éxtasis añejo que nos entregamos mientras nos abandonamos hasta traspasar el querer.
*Apenas si hablamos, por que ambos buscábamos solo sentir y cuando cambiamos algunas palabras fueron siempre palabras sorprendidas, casi exclamaciones que pronunciaban el hallazgo de nuestras almas, palabras dichas en voz baja, henchidas de intimidad.